martes, 21 de julio de 2009

Homenaje a Leslie Howard 18/07/09




Un rugido ensordecedor se enreda con el sonido del viento que sopla sobre A Capelada, en Cedeira. Advierte de la llegada, en vuelo raso, de un avión de hélice de salvamento marítimo. Reproduce el viaje que realizó en 1943 el Ibis, que hacía la ruta entre Lisboa y el Reino Unido. La nave, en la que viajaba el actor inglés Leslie Howard junto con otros pasajeros británicos y los cuatro miembros de la tripulación holandesa del vuelo, fue derribada por una escuadrilla de Junker 88 del ejército alemán en el que fue uno de los años críticos de la contienda.
El avión se acerca. Va dejando una sombra que cubre a los miembros de la asociación The Royal Green Jackets que custodian una placa que descansa a los pies de una roca erigida mirando al mar, observando desde lo alto del acantilado el lugar en el que pudo haber caído la nave. Hasta ahora todas las investigaciones apuntaban a que el accidente tuvo lugar en el golfo de Vizcaya, pero un nuevo libro, El vuelo de Ibis, de José Rey Ximena, ha abierto una nueva teoría. Apunta a que el ataque germano pudo producirse ahí, frente al santuario de San Andrés de Teixido.
Aunque para conocer qué ocurrió habrá que aguardar a que los documentos relacionados con aquellos días de 1943 sean desclasificados, ayer los tripulantes y pasajeros de aquel avión tuvieron su homenaje en Cedeira. Las investigaciones que recoge el libro apuntan a que parece que el cándido inglés tenía como objetivo secreto mediar entre Churchill y Franco. La idea de los británicos era que el segundo continuara al margen de la guerra entre las tropas aliadas y el Ejército alemán.
Por eso ayer estaba allí un sobrino del coprotagonista del filme "Lo que el viento se llevó", Patrick Gerassi, que ahora vive en Vigo. «Es curioso porque mi madre, prima del actor, fue una de las últimas en verlo con vida, porque trabajaba en la Embajada británica de Lisboa. El avión partió de esa ciudad portuguesa», comenta. A su lado, tomando fotos, aguarda el nieto de otro de los pasajeros que lo acompañaban, Ivan Sharp, y los representantes de las embajadas británica y holandesa. El alcalde de Cedeira lucía orgulloso. Unos metros más abajo, un cartel indica que allí, en lo alto del mar, está el monumento al héroe británico. Justo a unos metros de San Andrés.
A su lado, estáticos, esperan otros con los trajes que llevaban las fuerzas aéreas inglesas en la Segunda Guerra Mundial y con uniformes de paracaidistas del Ejército norteamericano de la época. Todos tienen amapolas en la solapa, en recuerdo a la primera Guerra Mundial. La comitiva pone rumbo al sur, al santuario. En lo alto quedan las coronas que recuerdan a aquellos héroes. Lazos con la bandera de Holanda, ramos de amapolas... Todo agitado por el viento.

La Voz de Galicia